Lectura fácil, interpretación compleja

              La concesión del Premio Nacional de Narrativa, hace un año, a Cristina Morales, provocó indignación en algunos políticos y periodistas, pues su declaración, “es una alegría que haya fuego en vez de tiendas y cafeterías abiertas” en Barcelona, no es para menos. Pero creo que las voces insultantes que se levantaron contra ella no habían leído la obra, ni siquiera Carmen Calvo (“es un libro valiente”, -dixit-), que en la primavera de 2003, le entregó el galardón del “Primer Certamen andaluz de escritores noveles”, con el relato “Poder”. Acompañé a Cristina y a su madre a Sevilla. Estudiaba COU y tenía 17 años.

              Cristina (García) Morales, era inteligente, reservada, y se colocaba en la última fila de la clase. Es el sitio de los díscolos o de los que quieren marcar distancia con el poder, con el “puto-facho-macho-neoliberal” dominador, que diría Cristina. Ella que, freudianamente, se ha despojado del apellido de su progenitor (García), para alumbrar a la “super-mujer”:  sin amo, sin Estado, sin partido, sin ley…

              La obra, que presenta una estructura formal novedosa, es una “bomba de racimo” que dinamita, desde una ideología anarquista y libertaria, todas las formas de poder: político, económico, social, educativo… No se salvan ni la cup, ni Colau, ni el nacionalismo, ni el independentismo, ni la izquierda, ni la derecha, ni jueces, ni enseñantes…, porque, si para el abuelo Marx, la alienación es la desposesión del obrero del fruto de su trabajo, para ella,  “la alienación es la identificación de nuestros deseos e intereses con los deseos e intereses del poder”, bajo sus infinitos tentáculos.

              Parece  que con la tea incendiaria de Lectura fácil reduce a pavesas las estructuras básicas de nuestra sociedad. Pero, desde su radicalidad ideológica y desinhibición lingüística, nos hace reflexionar muy seriamente sobre la fragilidad de las instituciones, que nos sirven, pero nos maniatan;  que subvencionan, para dominar a los subvencionados, a través de asociaciones, de  actividades, de monitores como correa de transmisión del gobierno que los contrata y al que sirven.

              Lectura fácil, paradójicamente, es una obra compleja, porque hay que partir de una matriz hermenéutica que nos permita acrisolar la verdad del  mensaje, sin caer en su radicalidad, ni en la contraria.

Publicado en IDEAL de Granada, el martes 15 de Septiembre de 2020

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