Perfiles

         Mª Isabel Campuzano, designada Consejera de Sanidad por la Región de Murcia, tras la reciente «moción de censura», fue cuestionada por un grupo de profesores de “Docentes Unidos”, quienes la suspenden en «puntuación, tildes, coherencia, carencias en el conocimiento de la Lengua castellana y de su gramática». Esta evaluación se realiza sobre el escrito en el que presentaba «las líneas maestras de su trabajo en la Consejería».

              Sorprende que una persona que va a liderar la Educación de una Comunidad, muestre tales carencias en la expresión y, sobre todo, trate de ahormar a docentes y discentes a los principios ideológicos de VOX, rechazados por una mayoría social. Cuando ojeamos su currículo, observamos que es titulada universitaria y que tiene un respetable historial laboral y político. Pero su presentación en el cargo ha hecho tambalear su competencia para la función que va a desempeñar. Parece que todavía no había elegido a las personas que le supervisaran o le escribieran los discursos y las «circulares», con la forma y contenido apropiados a cada circunstancia. Mejor hubiera quedado diciendo cuatro tópicos o generalidades, siguiendo la línea de los políticos de hoy. Pero para eso hay que ser inteligente o muy…

              Lamentablemente no estamos ante un caso aislado en la política. Cantidad de concejales, alcaldes, consejeros, ministros y hasta Presidentes de Gobierno y de Autonomías carece de la formación y de las cualidades necesarias para los cargos que desempeñan. Por lo que una cuestión que debe resolver la sociedad democrática es la idoneidad de sus representantes. Para la mayoría de los puestos de la Administración se convocan oposiciones o concursos de méritos a la hora de cubrirlos. La empresa privada  contrata a  personas con el perfil que requiere el trabajo que van a realizar. Para ello disponen del Departamento de Recursos Humanos. Siguen, pues, el pensamiento de Sócrates:  el que mejor obra en cada caso es quien tiene mejor inteligencia de la cosa.

              Se podría decir que la capacidad de un político para gestionar es inversamente proporcional al número de asesores que necesita. Pero si, además, eligen a amiguetes, familiares, personas con carnet del partido para estos equipos,  los resultados están a la vista. La política del insulto, de falta de diálogo, del enriquecimiento personal, de ministerios sin contenido… es un insulto a la inteligencia. La retórica vacía y rebosante de odio que asfixia al Parlamento y dinamita la campaña en las elecciones madrileñas muestran el nivel de nuestra política y de nuestros políticos. Sobran ataques personales y falta análisis objetivo de los problemas y propuestas fiables para solucionarlos.

Publicado en IDEAL de Granada el lunes 26 de abril de 2021

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